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Arquitectos: Tomás García Píriz Studio
- Área: 100 m²
- Año: 2020
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Fotografías:Fernando Alda
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Proveedores: AutoDesk, QUICK-STEP, Saloni
Descripción enviada por el equipo del proyecto. Tras más de 40 años viviendo en el mismo apartamento, la dueña, una mujer jubilada, viuda y con sus hijos independizados y fuera de casa, decide transformar por completo su vivienda. Este ejercicio supondría una completa transformación de su estilo de vida todavía anclado en un pasado al que costaba dejar atrás. Por un lado, la dueña, necesitaba de un nuevo espacio propio que respondiese a su situación actual, muy alejada de aquella compartida por la familia al completo en la anterioridad. Por otro, había que dar respuesta, y cabida, a los miles de objetos acumulados tras casi medio siglo de recuerdos que necesitaban encontrar un lugar desde el que reclamar su papel destacado en su historia personal.
El proyecto parte por tanto de una necesaria revisión del programa funcional, el hogar había pasado de estar formado por cuatro a un único habitante. Esto impulsó a reducir el número de recintos disponibles en la vivienda, un generoso apartamento de 100 m2 situado en la séptima planta de un bloque de pisos de la ciudad de Granada. Frente a las cuatro habitaciones originales (padres, hijos y estudio) que acompañaban salón, cocina y baños, se plantea el reajuste de estas para conseguir un amplio dormitorio para la dueña de la casa, así como disponer de un espacio para invitados. Cocina y salón son igualmente ampliados cumpliendo los deseos de expansión de los espacios de uso de día frente a los de noche La operación principal consistiría en la inserción de una infraestructura lineal que organiza de forma longitudinal toda la casa. Este elemento actúa de forma complementaria convirtiéndose en mueble y muro, armario y puerta de paso, hueco y macizo, todo al mismo tiempo. Pensando en la ingente cantidad de muebles que la dueña había usado, gastado y tirado para exponer, guardar y almacenar sus enseres y objetos se planteaba ahora la posibilidad que toda esa suma de funciones asociadas a mesitas, aparadores, armarios, encimeras, roperos, recibidores quedara fundida en un único elemento guía de 15 metros de largo y 75 cm de profundidad.
El mueble, realizado con madera contrachapada de abedul, se compone de otros sub-muebles apilados vertical y horizontalmente. Estos elementos configuran una infraestructura variable, adaptable según las necesidades en cada punto de la casa convirtiéndose en galería en el pasillo, armario en el dormitorio, espacio de almacenaje y frigorífico en la cocina, vitrina y librería en el salón o espacio versátil y cama en el dormitorio. Atendiendo a ambas caras del mueble, la división del ancho (75cms) a medios, uno y dos tercios o el espesor al completo, permite ofrecer una alternativa de recursos con funciones diferentes, cerrados o abiertos, con baldas o vacíos, transparentes u opacos, armarios o estantes, incluso convertirse en cama, mesa o en un portarretratos incorporado para recibir a los visitantes a la vivienda. El hecho de cada elemento en el conjunto este pensado de forma aislada (estructural y programáticamente) permite que, en el futuro, si la dueña decide moverse a vivir con alguno de sus hijos pueda ser desmontado y ensamblado de forma distinta cambiando por completo la organización de la vivienda. La infraestructura se actualiza preparada para el almacenaje de nuevos recuerdos.